CupeyAlto CupeyAlto CupeyAlto
Fundadores
Mucho se ha hablado de aquel grupo de incorporadores de nuestra cooperativa, de aquella primera junta de directores, de aquella primera e inolvidable asamblea. Pero muy poco o nada se sabe acerca del origen o la creación de aquella criatura, bautizada con el nombre de Cooperativa de Ahorro y Crédito Cupey Alto. Ocurrió, que una noche del mes de noviembre de 1964, apareció un grupo de personas tocando las puertas de mi casa. Me sorprendió ver a aquellos señores mojados, más bien, enchumbaos de pies a cabeza, para describirlos mejor. Venían de pescar en el río a esas horas. El grupo lo componían cuatro personas, eran amigos y vecinos. Eran Emeterio “Tito” Pastrana (ausente), Adolfo López (ausente), Juan “El Nene” Vázquez y Luis Nieves.

Tito, actuando como portavoz del grupo en aquel momento, no pudo contenerse y me dijo: “Primo, mire como nos encontramos, así que ofrézcanos un trago para calentarnos el cuerpo y luego le explicaré el propósito de la visita”. De inmediato pensé que aquella visita podría convertirse en la buena excusa de conseguir un trago para calentar los motores.

Pasado ese momento, entre risas, satisfacción y camaradería, Tito inició el diálogo. Me comunicó que tenía una gran preocupación y deseaba compartirla conmigo, con la idea de que lo asesorara. Me informó que se había unido un grupo de vecinos quienes aportaban semanalmente cantidades de dinero según sus posibilidades, a fin de ayudar a aquellas familias que en determinados momentos lo necesitaran. Todos los compañeros asintieron muy solidariamente con Tito.

Luego de escuchar todas las ideas del grupo, les presenté una nueva alternativa: organizar una cooperativa de ahorro y crédito. Explicados los beneficios y alcances de este nuevo concepto, el grupo acogió la idea. De inmediato quisieron organizar un comité timón para empezar a trabajar con el asunto sin más demora. Nombraron a este servidor y a mi esposa Luz María a cargo de dicho comité, convirtiéndonos en seis voces cooperativistas desde aquel mismo momento.

Los meses siguientes fueron muy intensos. Con la profunda convicción de estar gestando algo que mejoraría las condiciones y la calidad de vida de nuestro barrio, nos lanzamos día y noche por distintos sectores y comunidades explicando nuestro propósito.

El 20 de enero de 1965, apenas dos meses después, un grupo de 14 vecinos, nos reunimos esta vez formalmente. Conversamos y debatimos ideas, opiniones, sugerencias y quedó fundada la cooperativa de ahorro y crédito. Se nombró la primera junta directiva: Raúl Pastrana, presidente, Luz María Fuentes, secretaria y Francisco (Panchito) Viera, tesorero.

Aquellos pioneros de la noche de pesca siguieron participando por largo tiempo en los organismos directivos de nuestra cooperativa en distintos períodos. A partir de entonces, nos reuníamos en nuestra casa varias veces a la semana y luego en diferentes hogares de la comunidad, a donde llevábamos el mensaje del cooperativismo y reclutábamos nuevos socios. La gente se fue contagiando con nuestro entusiasmo. Al poco tiempo, recurrimos a Fomento Cooperativo. Esta agencia nos adiestró y nos convertimos en grupo cooperativo hasta que más tarde fuimos incorporados en el Departamento de Estado como Cooperativa.

Se cumplen 40 años de aquella historia que cambió el rumbo de muchas familias de esta comunidad.

Aquel gran grupo fue la zapata sobre la que se levantó nuestra Cooperativa de Ahorro y Crédito Cupey Alto, la cual compartimos hoy día con nuestra vecina y hermana comunidad de Cupey Bajo.

Fue aquel pequeño grupo de Pioneros el que descubrió el norte en nuestra comunidad de Cupey. Fue ese pequeño grupo el responsable del progreso socio-económico de nuestra gente desde entonces.

Cuarenta años después, todos decimos:
¡Gracias muchachos, muchas gracias por haber participado de aquella gesta tan hermosa y de tanto significado, gracias por aquella noche de pesca tan abundante y fructífera, cuando pescaron esta Cooperativa! ¡Vaya que preciosa y enorme pesca! ¡Adelante pescadores!

De valor y sacrificio ha sido la lucha, pero valió la pena.
Hasta siempre, hermanos pioneros.